¡Vamos, niña roja! Valentía te vestía. No te saques el disfraz. Abre la puerta derecha. Bien, así, no dudes. Bien, tu mano ya está en el picaporte. No te despidas, no es necesario. Gira la manícula. No, no te distraigas con la luz que apunta al centro del puente. Sal, sal; atraviesa la abertura. Ahí hay aventura. Venturate, venturate. Ahí afuera eres sabia, recuerdas? Te lo dijeron. Te llamaron. Te necesitan. La luz queda alumbrando el centro de este puente. Yo te hablo desde la puerta izquierda; yo cuidaré que la puerta no se cierre. Vé, niña roja, y ve. Cuando veas, lo sabrás. Sin confusión.
Labels: cuento para el coraje
4 Comments:
esto se lee bonito. después de tres años, al fin puedo leer algo tuyo
3ª maestría en caricias estéticas que te descubro.
buenos escritos, me gusto mucho su blog, pasaba simplemente medio rapido.....
saludos
byebye
me gusta tu manera de escribir. Y en algun punto la envidio, ya que yo solo puedo escribir de manera poco poética y casi siempre en tono de chiste.
Me gustó este blog, lo conocí por mi amigo Joaco.
AH!! me encantó tu primer post, el contestatario.
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